martes, 17 de abril de 2012 | By: Famara González Díaz

Esperar la llamada...

   


 Carlos Ruíz Zafón expresa en una de sus obras que es el libro el que elige al lector, no a la inversa. Cuando voy en busca de un nuevo amigo a una librería o biblioteca, me gusta pasear la mirada por los diversos títulos que hay imaginando las historias que encierran en sus páginas, examinar sus portadas, pasar los dedos por el borde de las páginas dejando que pasen rápido y se me queden las manos con el olor a papel y tinta... es un ritual de espera donde de la nada un libro produce una sensación en mi estómago y en ese momento, sé que me ha elegido.

 Me sorprende tanto ver cómo una persona entra a una librería preguntando por un buen libro y a los dos minutos la están despachando con uno bajo el brazo. ¿Tanta confianza tiene en el/la librero/a o es que le da igual el contenido del libro? Desde mi punto de vista los libros no se deberían clasificar por el número de ventas o la técnica del autor, sino por las enseñanzas y aportaciones que dan en sus lecturas. No me vale disfrutar de una de mis pasiones si al terminar la lectura, siento que ese tiempo empleado de cierta manera está vacío.

 

 El último libro que he leído fue Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven, y aunque reconozco que me fíe del buen gusto de la persona que me lo recomendó, cuando lo tuve en mis manos sentí esa sensación que solo aparece en esos libros que te "llaman". Me marcó tanto... no por lo contado en la histora, sino por lo aportado a mi persona.

 Puede que la lectura voluntaria no esté tan extendida por la mala elección de la lectura. Parece comprensible si tu primer libro no te llama la atención o no te aporta nada. Así, ¿cómo seguir buscando lecciones y sensaciones si no sabes que te las pueden aportar? No puedes querer o necesitar algo que no has experimentado.

 Por ello, aconsejo esperar y saber escuchar la llamada de los libros. Porque dando con los compañeros de aventura adecuados, puedes sentir incluso que esa historia fue creada para ser leída por ti. 
lunes, 19 de diciembre de 2011 | By: Famara González Díaz

Porque todavía hay personas que te llenan de ilusión.

 Después de casi un año de abandono al blog, regreso con ideas nuevas y las pilas recargadas.

 Antes de nada quiero decirle a todas esas personas que tienen poca creatividad y hayan plagiado mi blog, que aunque les cambian el nombre de la persona que lo escribió, yo sé que sigue siendo mío y las personas que leen lo que publico también. Mientras yo disfruto escribiendo, ustedes seguirán desperdiciando tiempo en no explotar vuestra imaginación.


 Quiero agradecerle a Alma sus palabras de aliento y apoyo. Si no fuese por ella, ahora mismo no estaría publicando nada fuera de mi entorno familiar o de amigos. Me di cuenta que para conseguir algo, tengo que luchar y emplear mucho esfuerzo. Que escribir es mi vida y sin la literatura estaría en parte, vacía. 

Por ello, Alma este pequeño relato te lo dedico a ti, como otros muchos que ya vendrán.

 La última vez que lo vi, contemplaba el alba desde su ventana. Con la mirada curiosa de un niño, examinaba el paisaje como quien ve un cuadro por primera vez. 

No pude reprimir un escalofrío al pensar que toda una vida se había esfumado de su memoria. Un alma sin identidad y un cuerpo que se deteriora sin pausa.

En estos instantes estará tumbado en su cama. Durmiendo. Viviendo. Soñando. Sonríe cada vez que lo hace. Seguramente sea lo único que el alzheimer no le puede arrebatar.

                                                         Famara GD


viernes, 2 de septiembre de 2011 | By: Famara González Díaz

Te Quiero Paca...





Para mi tía,
una mujer valiente y luchadora, dibujante de sonrisas en la noche más desoladora.

Quiero agradecerte mediante estas palabras lo que significas en mi vida y demostrarte de una manera diferente, que la sangre no limita a las familias, ya que ustedes son parte de la mía.

Gracias, por recibirme con los brazos abiertos desde el primer día, dándome todo ese cariño que tan bien me sienta; tus abrazos me protegen de todo mal que hay a mi alrededor y me aportas la paz que necesito. Y por escucharme, ayudarme y darme esos grandes consejos de madre que me ayudan a salir adelante.

Me siento afortunada por pertenecer de una pequeña manera a tu familia, al igual que estoy muy orgullosa de haber aprendido de ti. Me has enseñado a luchar por la vida, por mí y por las personas que quiero, como también sacar fuerzas en los momentos más difíciles. 


Y como tu aprendiz te aconsejo que dejes que la fe te guíe e ilumine caminos secretos en tus sueños, donde tus pensamientos callan, tus sentimientos toman protagonismo y se funden con el recuerdo de tu marido.

Disfruta de tus hijas, deja que se empapen de tu sabiduría y cogan como guía tu gran forma de ser. No entristezcas cuando levanten vuelo y abandonen el nido, sino siéntete orgullosa de las tres mujeres que sacaste adelante gracias a tu amor y fuerza. Al igual que ellas estarán orgullosas de tener una madre que les ha enseñado todo, como en cada momento ha estado con ellas.


Te quiero muchísimo Paca. Has sido, eres y serás una persona muy importante en mi vida. Espero que nuestros caminos sigan el mismo cauce y así poder seguir disfrutando de tu compañía. Y recuerda que estaré para ayudarte en lo que surga, sin importarme el lugar o el día.

miércoles, 6 de abril de 2011 | By: Famara González Díaz

Palabras sin significado...

Les dejo una pequeña rima que me vino mientras leía. Espero que les guste.




La palabra, el arma más destructiva.
Esa que calla y mata,
dejando una cicatriz perpetua en el alma.
Fuerza invisible que sale de la boca del hombre,
envenenada de rencores y reproches.
La palabra, tan vacía y barata,
que sale disparada sin reflexionar
si quiera, en el daño que causa.
No tiene tregua ni edades.
Tampoco se pueden suprimir, menos aún olvidar,
aunque sí es de sabios rectificar.
Lástima que se interponga el orgullo,
que la enturbia a más no poder... sin piedad.


                                             PD: me quedé encajada pero en otro momento, espero poder acabarla.
miércoles, 30 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Hasta el Cielo...


Para Ustedes. La historia de un padre y una hija, dos vidas inacabadas que pasaron a ser Estrellas.
Vuestra luz nos ilumina
... Juan ... Fernanda ... estas palabras salen de lo más profundo de mi alma, desde el mundo de los vivos, hasta el cielo.

Miro al cielo y me pregunto cómo estarán, tratando de encontrar explicaciones que no hallaré. Podría expresar que la vida es así, pero no es cierto, solo fue una mala jugada del destino.

Ellos ya no están y el mundo sigue rumbo. Dos personas que en la sociedad son diminutos, pero son dos mundos para todas las personas que los aprecian. 


Ahora solo puedo observar las nubes e intentar encontrar alguno de sus rasgos en ellas. Ahora solo puedo escuchar el viento e intentar distinguir sus nombres entre los susurros.

La vida es muy injusta y nosotros unos egoístas. Muchos nos creemos desgraciados por no poder obtener bienes materiales, y solo por ello ya pensamos en tirarnos al vacío...
Mientras otros no se creen desgraciados cuando pierden a un padre ejemplar o a una hija excelente. No se sienten así, porque todo lo que querían estaba entre ellos, su familia. En ningún momento pensaron en dejar atrás esto, porque tenían que luchar y salir adelante, por los que todavía están aquí y por los que ya no están.




Era un padre feliz al lado de la mujer a la que amaba y orgulloso de todos los pasos que sus hijas daban. En su corazón no había lugar para la maldad, y mostraba una gran ternura cuando al sonreír se le empequeñecían los ojos, tanto que el mismo sol no podía evitar imitarlo.

Con el tiempo descubrió que la vida se le escapaba, que por mucho que corriese no escaparía. No se rindió en ningún momento, sabía que su familia lo necesitaba y por ello, luchó hasta su último suspiro. Una persona honrada que lloró para sus adentros. No quería envolver a sus seres queridos en un sufrimiento que solo él padecía.

Al final llegó el día. Su enferdad ganó el pulso y él dejó de estar entre nosotros. Ahora descansa tranquilo, mientras sus recuerdos permanecen vivos.


Ella, una niña en plena flor de la vida, una amiga muy querida, una hija adorable y perfecta. Creció como otro niño cualquiera, pero su diferencia fue que su final llegó demaciado pronto.

Su último aliento se lo robó un ser miserable que se hacía pasar por hombre. Su agonía, sus gritos y lamentos se los tragó un camino oscuro y semi solitario, si no fuese por esa bestia que la siguió con sigilo hasta dar con ella.

La indefensa niña se defendió con todas sus fuerzas, sabiendo que los ojos de su captor sería la imagen que se llevaría a la otra vida. Desgarró su garganta a gritos y desesperanza, pero nadie la oía. Sin darse cuenta se hallaba presa en una furgoneta y su captor sobre ella.

La bestia sabía que tenía que actuar con rapidez, porque su víctima no se iba a dejar humillar como mujer. Tomó una decisión: "
si no eres mía, no serás de nadie". Cumplió su amenaza dándole un golpe letal con una piedra en la sien.
Fue despreciable saber que una de las personas que estaban colaborando en la búsqueda del cuerpo, tuviese las manos manchadas de sangre inocente.

Para mí morir, no es dejar de respirar, sino dejar de ser recordado. Ellos permanecerán entre nosotros hasta la última flor del jardín.

Los tenemos muy presentes en nuestro día a día.


Juan
Tu mujer y tus hijas no te olvidan. Una familia muy orgullosa de tus pasos. Ahora descansa tranquilo, que en el mundo de los vivos también hay ángeles.
Uno las está cuidando.



Fernanda

Dejaste un gran vacío entre tus amigos. Gracias por
enseñarme lo que es el coraje y la valentía.
Cada minuto que pasa, me pesa más no poder haberte dicho
Te Quiero.
Y ver como se te iluminaba el rostro con tu dulce sonrisa y brillantes ojos.

No suelten mi mano por favor.









                                       Fotos: Andrea Plasencia Pérez
lunes, 14 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Querido "maestro"...

Quiero agradecerte tus grandes enseñanzas y regalos,
Te buscaba en el entrelace de manos de personas desconocidas, mientras miraba las mías, frías y vacías. Mi imaginación jugaba con la incógnita de cómo sería el abrigo de un abrazo o el breve roce de tus labios en mis mejillas. Ahora me alegra saber que no me contaminé de tus falsos gestos enmascarados, plagados de indiferencia, arrogancia y mala fe.

Me has dado la espalda en mis enfrentamientos con la vida, te has burlado de cada una de mis caídas, pero te he ganado, creías que no me quedaban fuerzas y que de esta no saldría. Soy un cuerpo magullado, dolido, remendado y curado. Sigo en pie, viva, ¿me ves?. No voy a darte el placer de verme derrotada otra vez.

Tengo reservada tu frase burlona, llora que es bueno para los pulmones. Tú habrás reído mucho porque en esta carrera, no eres de los primeros corredores. El ego te llevó a conocer a Soledad, recoges lo que siembras pero hazlo rápido porque los perros de la Miseria te pisan los talones.

Siempre buscando a alguien a quien cargar tus culpas, rabia, ira, desgracia... Yo no soy burro de carga de nadie y menos de una persona tan miserable. Si algo te agradezco es usarte de reflejo para dominar mi carácter.

No existirás en mi futuro, eres una vaga imagen en el presente y tu presencia se esfuma de mi pasado. He superado uno de mis grandes miedos, cuando me miraba en el espejo me devolvía tu rostro, sentía que era otro monstruo pero ahora sé que no seguiré tus pasos.

Contigo aprendí a sentir pena, el sentimiento más mísero que se puede sentir hacia un ser humano, es el único terreno que en mi corazón has conquistado.


Un indiferente saludo de tu
aprendiz.
lunes, 7 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

La estrategia de la mosca.

¿Cuántas veces has intentado salir del pozo teniendo la sensación de no poder alcanzar la salida? Caminas, corres, nadas... y más se aleja, mientras te va corroyendo una gran sensación de ansiedad.

El ser humano, tan complejo e inteligente en comparación con una mosca. Pero, ¿por qué ella consigue salir de esa prisión y el hombre no? Muy fácil. Utilizan una buena estrategia: son capaces de estar golpeándose contra un cristal horas, con el fin de encontrar el resquicio por donde se coló.

Ahí no hay nada revelador que no podamos hacer, ya que avistamos luz a través del cristal y vamos hacia ella, si no fuese porque la mosca no golpea en el mismo lugar varias veces seguidas, sino que va tanteando buscando aire. En cambio una persona iría golpeando el cristal en el mismo lugar hasta que desiste o lo rompe.

El problema viene cuando no se consigue quebrar, dejando paso a la lamentación. No podemos elegir una vida perfecta porque no existe, como tampoco buscar culpables, no hay tiempo para ello. Pero sí cambiar esa dinámica por compasión, darse una tregua y aceptar la situación.

Si todos utilizásemos la táctica de la mosca, las depresiones no serían tan profundas y en muchas ocasiones, hasta letales. Siempre hay una salida, mientras se quiera encontrar y salir. No es fácil, pues las pendientes conllevan su esfuerzo, pero con la ayuda necesaria se vence.

¿La pregunta es, seguir los pasos de la mosca usando la compasión hasta sanar/salir o seguir picando el cristal con la ayuda de la lamentación?

No siempre el pez grande se come al pequeño, claro ejemplo el de David y Goliat.